Dependencia emocional: síntomas y tratamiento
Se estima que entre un 40% y 50% de la población evidencia dependencia emocional en sus relaciones. Suele presentarse con mayor frecuencia en adultos jóvenes y con predominancia en el género femenino. Las personas con dependencia emocional suelen tener relaciones poco sanas. Además, suelen tener emociones y comportamientos poco adaptativos por miedo a que la relación termine.
En este artículo te explicaremos qué es la dependencia emocional, sus características y sus síntomas. Además, analizaremos sus causas, los tipos de dependencia emocional y sus consecuencias. Finalmente veremos algunas estrategias sobre cómo se puede superar.
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Tabla de contenido
¿Qué es la dependencia emocional?
Es un estado mental en el que una persona siente que necesita de otra para tener una sensación de bienestar. Las personas con dependencia sienten gran malestar cuando se alejan de la otra persona y suelen perder el control emocional. Usualmente, aquel que es dependiente está en una situación en la que su voluntad se encuentra limitada para tomar decisiones. Por ende, siente incapacidad para el desarrollo de actividades cotidianas sin la presencia de la otra persona. Esta dependencia, se puede dar en relaciones personales, familiares, laborales, de pareja o de amistad. La dependencia emocional suele afectar a muchos, aunque la mayoría no somos conscientes de ello.
Características de la dependencia emocional
La dependencia emocional se caracteriza por una vinculación afectiva desproporcionada con otra persona. Usualmente este tipo de relaciones evidencian una asimetría en el poder y los roles, que generan daño emocional. Es un tipo de relación en la que prevalece la sensación de unión y subordinación al otro. Se podría manifestar como una adicción hacia el otro. Pueden aparecer comportamientos desmedidos con tal de satisfacer la necesidad de afecto.
Las personas con dependencia emocional pueden mostrar una baja autoestima e inseguridad por consecuencia de algunos vacíos afectivos. Por lo tanto, manifiestan emociones, pensamientos y comportamientos orientados a conseguir la aprobación externa. A través del otro, tratan de llenar vacíos propios, reflejados en la búsqueda de satisfacción, seguridad y reconocimiento. Sin embargo, esto no se logra y con el tiempo suelen acentuarse las dificultades. Esto, debido a que el vacío es interno y corresponde a experiencias pasadas que se deben sanar personalmente.
Así mismo, dicha dependencia emocional suele evidenciar creencias erróneas sobre cómo deben ser las relaciones. Se puede asociar con una baja comprensión de la individualidad de cada uno, sus relaciones y sus espacios. También, se muestra una dificultad para asumir distancias temporales de la otra persona o vivir momentos de soledad.
¿Cuáles son los síntomas de la dependencia emocional?
Las personas con dependencia emocional suelen necesitar la aprobación para que las reconozcan y validen. Frecuentemente buscan su reafirmación en palabras y acciones de otros. Se podría describir como una adicción, es decir, como una necesidad insaciable de que el otro permanezca en su vida. Por este motivo, la persona invierte toda su energía en tratar de que la relación funcione, así no sea saludable. A continuación, te mostramos los principales síntomas de una dependencia emocional:
Priorizar el bienestar de la otra persona sobre el bienestar propio
Suele suceder cuando se considera que satisfaciendo las necesidades del otro la relación va a estar mejor. Aunque la otra persona pueda sentirse bien y a gusto, puede que uno mismo se vaya dejando de lado. Se abandonan las actividades que uno disfruta o incluso se dejan de realizar proyectos personales. Constantemente, se desatienden las propias necesidades y obligaciones, priorizando las del otro y pareciera que sólo se puede disfrutar con su bienestar. Con el tiempo, los propios anhelos se limitan a los del otro. Sólo es posible la realización de los deseos personales si el otro también lo desea. No obstante, los deseos que se suelen realizar son los de la otra persona y no los de uno.
Idealizar al otro
La idealización consiste en ver a la otra persona con un halo de perfección y sin defectos. Evidencia la dificultad para ver y analizarla desde un punto de vista real y más objetivo. Por eso, se suelen valorar de sobremanera sus cualidades y forma de ser. Frecuentemente no se reconoce en esa persona los aspectos que afectan la relación o que hay que trabajar para mejorar. Al otro se le suele ver como alguien increíble, inmaculado y que no comete errores. Cuando se genera este desequilibrio en la relación, puede aparecer un trato privilegiado hacia el otro. Por consecuencia, uno mismo se ubica en un lugar de menor valor. Se puede sentir que el otro merece más ya que uno se minimiza.
Sentimientos de culpa y Complacencia hacia el otro
Las personas con dependencia emocional pueden llegar a asumir la culpa o responsabilidad de algo que no les corresponde. También pueden pedir perdón con tal de calmar la rabia de la otra persona. Sienten que el malestar o bienestar del otro es su propia responsabilidad. Por eso cuando aparece un conflicto, sienten culpa al pensar que no han logrado agradarle. También, realizan acciones o actividades que no les gusta con tal de que la otra persona esté bien. Pueden llegar a justificar enfrentamientos o comportamientos agresivos del otro y minimizar situaciones complejas. Esto comúnmente sucede por el temor que implica perder a la otra persona.
Posición de sumisión
Se evidencian cambios de comportamiento con la otra persona en los que se inhiben rasgos importantes de la personalidad. La individualidad se ve disminuida y se acepta la dominancia del otro para mantener su proximidad. Se puede sentir que no se está a la altura del otro y por lo tanto se le debe obediencia y sumisión. Los planes de diversión se organizan alrededor de los gustos y deseos de la otra persona dejando de lado los propios intereses. Esto a razón de una baja satisfacción consigo mismo, así como de la aceptación de una desvalorización permanente.
Necesidad de muestras continuas de afecto
Aparece la necesidad de buscar cariño en la otra persona, además de comprobar permanentemente que la relación está bien. También, se sufre cuando no se recibe la atención que se busca. Empero, esto afecta mucho la relación dado que suele ser una necesidad insaciable.
Celos y control
Los celos y el control son una forma de tratar de conservar a la persona y el cariño que ésta brinda. Así es como se busca evitar que el afecto se lo pueda dar a alguien más y de esta manera se asegura de no perderle. No obstante, las personas entre más celosas y controladoras son, suelen sofocar más al otro. Esto hace que éste se sienta como en una prisión y desee escapar de ahí. Además, los celos y el control suelen crear lazos basados en la desconfianza. Al no haber seguridad en la relación, se aumenta la necesidad de garantizar el afecto del otro. Paradójicamente, termina generándose más dependencia emocional e inestabilidad en el vínculo.
Miedo a la separación y al abandono
En este caso la persona dependiente siente que no puede vivir sin la presencia del otro en su vida. Trata de hacer hasta lo imposible para que no se separen o no la abandonen. Suele sentir una necesidad muy alta de estar asiduamente con el otro. El miedo al abandono o a la separación se asocia a la posibilidad de la pérdida del afecto. Así, es angustioso estar solo, no ser reconocido o valorado y dejar de existir en la mente del otro. Finalmente, aparece latente la idea de que esa persona en cualquier momento puede terminar la relación o dejar de querernos.
Aislamiento social
Cuando se está en una relación de dependencia emocional es común irse alejando de las relaciones más cercanas. Se van dejando de lado amigos importantes o incluso espacios familiares. Pareciera que los demás representaran una amenaza para la relación o que no pudieran tenerse más vínculos en simultáneo. De esta manera, el otro se vuelve el eje central en la vida. Resulta ser indispensable ante la soledad y la carencia de apoyos que, al final, uno mismo ha propiciado.
Causas de la dependencia emocional
Las principales causas de la dependencia emocional suelen asociarse a dos aspectos fundamentales. Primero, a la forma en que se desarrollan los vínculos afectivos primarios en nuestra infancia. Segundo, por el conjunto de ideas y creencias que adquirimos de nuestros contextos más cercanos respecto a las relaciones sociales. A continuación, detallamos algunas causas de la dependencia emocional.
Creencias sobre el amor
Varias creencias que podemos tener se apoyan en la idea de que necesitamos de otros para poder realizarnos. Se construye la visión de que somos seres incompletos y a través de la unión con otro logramos la completitud. Adicionalmente, se asocian -erróneamente- los celos o el control con la idea de amor y relaciones inquebrantables. Aunque los otros son necesarios para nuestro desarrollo, esto no implica que no podamos construir nuestra vida de manera independiente. En nuestra adultez, nadie debería ser condición para poder desarrollar nuestros proyectos o propósitos de interés. No obstante, hay personas que queremos y aportan a nuestro bienestar, por lo que es deseable conservarlas en nuestra vida.
Pautas de crianza
Las formas de relación que establecemos con nuestros vínculos primarios suelen ser estructurales y se repiten en otras relaciones. Por ende, los modelos de relación a nivel familiar pueden convertirse en la raíz de la dependencia emocional. Podemos ubicar principalmente dos estilos de crianza problemáticos: sobreprotección y negligencia.
Cuando tenemos cuidadores sobreprotectores podemos desarrollar una baja autonomía y dificultades en la construcción de la propia identidad. Por consecuencia, nuestras relaciones van a ser inseguras y con necesidad de que el otro nos ayude constantemente. Por otro lado, podemos experimentar abandono, apatía o agresión de nuestros cuidadores en nuestra niñez. Esto suele generar patrones de comportamiento en las relaciones, orientados a la desconfianza o abuso.
Todas estas experiencias tempranas pueden generar bajo autoconcepto y la necesidad de buscar, a través del otro, la propia satisfacción. Además, se puede adoptar una posición de sumisión para evitar el abandono.
Inestabilidad afectiva
Cuando presentamos una inestabilidad emocional frecuente, al otro lo podemos encontrar como el único sostén y apoyo afectivo. En este sentido, lo vislumbramos como nuestro continente emocional. Esto, a razón de que nosotros mismos no somos capaces de gestionar nuestras problemáticas y podemos sentir gran malestar interno. La dificultad de resolver nuestros conflictos internos, convierten al otro en la fuente de bienestar y seguridad personal. Si bien podemos vivir momentos de fragilidad, eso no implica que la solución esté condicionada a los otros.
Tipos de dependencia emocional
Todas las personas tenemos la necesidad de ser queridos, valorados y/o admirados. Esta necesidad social natural puede verse truncada a partir de experiencias de rechazo o donde no nos sentimos acogidos. A partir de estas experiencias desfavorables es posible desarrollar diferentes tipos de dependencia emocional de acuerdo a nuestros contextos. Los principales escenarios donde se llega evidenciar esta dependencia son: familia, la pareja, los amigos y escenarios escolares y laborales.
Relaciones en la familia
En la familia establecemos las primeras relaciones que marcan la estructura vincular con la que nos moveremos en nuestra vida. Por eso, es aquí donde suelen generarse las bases de la dependencia emocional. Podemos evidenciarlo en el apego excesivo que dificulta el desarrollo natural de las relaciones externas. Suele darse por figuras parentales que no favorecen la independencia, ya sea porque son muy fuertes o aprehensivas. Estos modelos configuran en la infancia, a los adultos como la fuente de nuestra seguridad o de un amor inseparable. Por ende, cuando somos mayores no nos podemos visualizar sin la presencia de nuestros cuidadores pues nos sentimos frágiles.
Relaciones de pareja
En la relación de pareja es muy frecuente evidenciar la dependencia emocional. Principalmente porque esta persona se convierte en un eje afectivo e imprescindible. Por ende, en ella solemos depositar nuestras esperanzas y deseos, con la idea de que nuestra vida va a ser mejor. Empero, si las dificultades personales no las hemos resuelto, seguramente desarrollaremos dependencia emocional. Esto a razón de que veremos en nuestra pareja la salvación a nuestras problemáticas. Sin embargo, con el tiempo notaremos que los conflictos internos sólo se pueden resolver personalmente. No trabajarlos genera mayor tensión en la pareja y una posible relación nociva.
Relaciones de amistad
Los amigos suelen ser nuestros primeros vínculos externos a la familia. Las amistades son una fuente importante en la construcción de nuestra autoestima y el valor que nos damos. Así, se convierten en un punto de referencia para nuestra imagen y, en consecuencia, para la aceptación social. Desde la infancia, y de manera enfática en la adolescencia, esta necesidad de vinculación social es muy alta. Por lo tanto, es natural que podamos adoptar posiciones de dependencia a otros. Esto, con el fin de sentirnos aceptados o ganar la aprobación externa. Se puede sentir tensión con nuestra imagen corporal o con nuestras formas de ser. Podemos querer cambiar como somos o como nos ven los demás, para lograr ser parte del grupo social.
Relaciones laborales
En los ambientes laborales existen muchas relaciones jerárquicas. Esto puede implicar que por poder, un jefe genere sobre exigencia y opresión sobre sus subalternos. La mayoría de veces los empleados no generan oposición, ni manifiestan su descontento, por miedo a perder su trabajo. También puede aparecer la necesidad de seguir los pasos del jefe por la admiración que se le tiene. La dependencia emocional en estos escenarios, suele darse por la necesidad de ser reconocidos por otros. Usualmente, para sentirse a su altura, lograr mayor estatus y así poder ser valorados a nivel social, económico y laboral.
Autoestima inflada
Este tipo de autoestima la evidencian personas que se muestran fuertes, superiores a los otros y suelen carecer de empatía y escucha hacia los demás. Se suele presentar en personas que culpabilizan a otros ante situaciones tensas; se perciben con un ego muy grande, por lo que difícilmente reconocen y corrigen sus errores.
Consecuencias de la dependencia emocional
La dependencia emocional puede generar grandes consecuencias a nivel físico y emocional. Es posible vivir alteraciones en el sueño, el apetito y en los ritmos cardiaco y respiratorio. Asimismo, las principales afectaciones se asocian con síntomas de ansiedad, depresión y falta de sentido de vida. También, pueden aparecer pensamientos obsesivos, miedo al abandono y sentimientos de culpa. Además, son usuales los sentimientos de desvalorización, la sensación de vacío y una perspectiva negativa hacia la vida.
Todo ello sucede debido a que se ha construido y concebido la vida en dependencia de la otra persona. En el caso que esta ya no esté, se siente que se derrumba todo y no se ven posibilidades en la vida sin su compañía. Estas sensaciones pueden aparecer ante cualquier duelo, el inconveniente es cuando no se pueden superar y se vuelven permanentes. Conforme el duelo pasa, se debería ir retomando la confianza en sí mismo, así como la valoración personal.
¿Cómo superar la dependencia emocional?
La superación de la dependencia emocional se trabaja de acuerdo al caso y contexto de cada persona. Sin embargo, hemos recogido los puntos más importantes y generales que te pueden ayudar a mejorar tu situación. Recuerda que puede ser muy importante pedir ayuda profesional de un psicólogo como lo mencionamos en el último punto.
Trabaja más en ti
Es muy importante fortalecer tu autoestima, pues como hemos visto es uno de los factores que más influyen. Tú te puedes dar el lugar y el valor que te mereces y que los demás no te han dado. También puedes aprender a estar solo y pasar tiempo contigo. En la media que mejor te conozcas y te des tu espacio, mejores relaciones podrás tener con otros. Esto debido a que irás al encuentro con otros para disfrutar y no para que los demás alivien tus vacíos.
Transforma tus creencias
Toma consciencia de tus pensamientos y creencias que generan falsas expectativas sobre las relaciones. Transfórmalas, de tal forma que te permitan una construcción más tranquila y distanciada de lo que ya viviste. Es importante que puedas tener una visión más realista y aterrizada de cómo se pueden desarrollar tus relaciones sin abandonarte.
Haz una valoración personal
Este suele ser uno de los pasos más difíciles y es reconocer que hay una dificultad. Así que revisa si hay o no una dependencia emocional a alguna persona cercana a ti. Puedes inspeccionar y contrastar tus ideas con los síntomas que hemos mencionado. Con esto ya podrás empezar a rastrear de dónde proviene y cuáles son las causas de tu dependencia.
Pide ayuda psicológica
Usualmente este ejercicio de autoconocimiento y superación de la dependencia requiere un apoyo psicológico. Dicho apoyo es fundamental para poder encontrar esos vacíos que nosotros mismos no podemos ver. También nos ayuda para desarrollar mejores herramientas y estrategias para afrontar las situaciones.
Conclusión
La dependencia emocional devela una dificultad alta en nuestra sociedad para asumir relaciones sanas. Como hemos analizado, las primeras etapas de nuestras vidas son decisivas, así como la forma en que nuestros cuidadores nos acompañan. No obstante, aunque son determinantes, nosotros también podemos trabajarlo en nuestra etapa adulta. Es fundamental ser conscientes de cómo se han estructurado las relaciones en nuestras vidas. Es crucial tener una visión favorable de nosotros mismos y la manera en que concebimos el amor.
Si quieres saber si presentas dependencia emocional, te recomendamos hacer nuestro test sobre dependencia emocional o ponerte en contacto con nosotros.