Depresión: cómo tratarla
Se calcula que alrededor de 300 millones de personas sufren depresión en el mundo. Es más frecuente que aparezca en mujeres que en hombres, iniciando en la adolescencia y continuando en la adultez. Comúnmente aparece en personas menores de 45 años. La depresión es más común de lo que solemos pensar y ha venido en aumento en los últimos años, alcanzando población cada vez más joven. Puede dar a personas de casi cualquier edad, aunque es poco usual en la infancia.
En este artículo explicaremos qué es la depresión, sus síntomas y sus causas. Además, veremos los tipos de depresión, cómo prevenirla y sus tratamientos.
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Tabla de contenido
¿Qué es la depresión?
La depresión la podemos describir como una sensación de profunda tristeza, donde la persona puede experimentar infelicidad y melancolía. Esta sensación se experimenta con una intensidad alta y de manera continua durante dos semanas o incluso meses. La depresión afecta las emociones, los sentimientos y principalmente modifica el estado de ánimo. Entonces, la depresión es un estado de ánimo continuo y permanente en el que experimentamos una profunda tristeza que interfiere con las actividades cotidianas.
Es usual que los seres humanos experimentemos momento de tristeza o infelicidad en algún punto de nuestras vidas. Se diferencia con la depresión en que la vivimos por periodos cortos y frente a hechos específicos, como puede ser un duelo.
Síntomas de la depresión
En primer momento encontramos una tristeza profunda que se mantiene durante un periodo largo de tiempo. Además, aparece la pérdida de interés ante las actividades que se hacían en la cotidianidad. Puede darse una disminución de la energía y la vitalidad, afectando el nivel de productividad, la concentración y la memoria. También se evidencia un cansancio exagerado aún ante esfuerzos pequeños.
Adicionalmente, se suele encontrar en las personas con depresión un sentimiento de culpa, inutilidad u odio hacia sí mismas. Sus ideas y pensamientos refuerzan un pesimismo ante el futuro pudiendo llegar a aparecer ideas de muerte o de suicidio. Suelen cerrarse a recibir ayuda pues pierden la confianza y la esperanza en otros y en sí mismos. Consecuentemente, la depresión puede afectar nuestro modo de sentir, así como la manera de pensar.
Hay personas que experimentan deseos de alejarse de sus seres queridos como amigos o familia. Igualmente pueden sentir el deseo de abandonar el trabajo o sus estudios. Es frecuente que aparezca una dificultad para conciliar y mantener el sueño, así como un cambio del apetito con aumento o pérdida de peso. Se puede evidenciar bajo deseo sexual y puede venir acompañada por sensación de intranquilidad y ansiedad.
De acuerdo a lo anterior, podríamos catalogar los síntomas en tres grandes grupos: afectivos, cognitivos y somáticos.
- Afectivos: tristeza, intranquilidad, ansiedad, irritabilidad, incapacidad para disfrutar, disminución del deseo sexual y pérdida de interés.
- Cognitivos: pensamientos de desesperanza, culpa, inutilidad y en algunos casos ideas suicidas. Indecisión, afectación de la memoria y la concentración.
- Somáticos: fatiga, agitación, dolor de cabeza y cambios en el apetito y el sueño. Disminución en la productividad y en el rendimiento laboral o académico.
Causas de la depresión
Las causas que generan la depresión están asociadas a varios factores biológicos, psicosociales y de personalidad. Miremos con más detalle cada uno de ellos y la manera en que pueden incidir.
Factores biológicos
Nos referimos principalmente a los componentes genéticos y los antecedentes familiares. Hay mayor probabilidad de que aparezca la depresión si algún familiar la ha tenido, principalmente si son padres o abuelos. Además, los cambios hormonales tienen una alta incidencia, como particularmente se evidencia en casos de mujeres que luego del embarazo pueden desarrollar depresión posparto. Este fenómeno se presenta principalmente por cambios hormonales fuertes. Dichos cambios suponen variaciones en los neurotransmisores de la serotonina, la noradrenalina y la dopamina, lo que implica una afectación en nuestro ánimo. Sin embargo, la afectación por cambios hormonales puede suceder en más casos y por otras variables.
Factores psicosociales
Estos factores están relacionados con nuestras experiencias de vida, nuestros contextos y la forma en que las enfrentamos. Por ejemplo, podemos experimentar abandonos afectivos, ruptura de una relación amorosa o la pérdida repentina de un familiar. También pueden aparecer cambios o dificultades en la vida como presiones familiares, escolares o laborales, la pérdida del trabajo o crisis económicas. Igualmente pueden afectar cambios drásticos en nuestro estilo de vida, como ha ocurrido desde el 2019 con la aparición del Coronavirus y las medidas globales de confinamiento.
Cada una de estas experiencias se vivirán y se afrontarán de manera diferente en cada persona. El impacto y el alcance que tengan estas experiencias en nosotros, dependerán de las herramientas que hayamos desarrollado para enfrentarlas y superarlas.
Factores de personalidad
Se han encontrado algunos rasgos de personalidad que aumentan el riesgo de presentar depresión. El primero de ellos es la autoestima baja, donde las personas se menosprecian, descalifican y sienten que no pueden conseguir lo que se proponen. Otro factor es la dependencia emocional, en la que las personas generan un apego inseguro hacia otros por la necesidad de que estos satisfagan sus demandas afectivas.
El tercer rasgo es la autocrítica negativa, donde las personas suelen enfocarse únicamente en los puntos peyorativos, lo que las haces sentir cada vez peor. Esto puede estar acompañado por el pesimismo, en el que las personas se focalizan sólo en lo malo y no ven la posibilidad de un futuro alentador. Por último, está la baja tolerancia a la frustración, en donde las personas experimentan como un fracaso el no lograr lo que se proponen. Es común que este rasgo de personalidad venga acompañado con el perfeccionismo y la necesidad de controlar todo.
Como vemos la depresión se puede dar por diferentes factores. En algunos casos basta con que aparezca solo uno de ellos, como puede ser un cambio hormonal o la alteración en los neurotransmisores. En otros casos depende de la confluencia de varios factores para explicar las causas que originan la depresión.
Tipos de depresión
A continuación, mostraremos unas breves ideas sobre los principales tipos de depresión. Estas descripciones nos sirven como referencia para comprender cómo se sienten las personas que están pasando por momentos de mucha tristeza. Es importante saber que entre los diferentes tipos de depresión puede haber características comunes y que suele ser difícil diferenciarlos. Para una evaluación precisa se debe consultar con un profesional del área de la salud mental.
Desregulación disruptiva del estado de ánimo
Se evidencia por episodios de cólera graves y recurrentes con una intensidad o duración desproporcionadas a la situación. Su frecuencia suele ser de tres o más veces por semana y se percibe a la persona irritable o irascible casi todos los días de manera permanente. La presentación de estos síntomas debe permanecer de manera continua durante más de 12 meses. Adicionalmente, debe ser observable por diferentes personas y en diferentes contextos. El primer diagnóstico no se puede hacer antes de los 6 años o después de los 18 años.
Depresión mayor
Suele ser de mayor gravedad porque presenta varios de los síntomas que ya hemos mencionado y de manera permanente durante varias semanas. Principalmente, hay un estado de ánimo de profunda tristeza, la mayor parte del día y casi todos los días. Se suele afectar de manera importante la capacidad de trabajar o estudiar, así como el patrón del sueño y la comida. Las actividades que deberían resultar placenteras normalmente las deja de disfrutar.
Distimia
Es un tipo de depresión en la que usualmente los síntomas se parecen a los anteriores. En este caso el malestar no es tan permanente, aunque la persona se siente más días triste que los que no. Esta se puede mantener a largo plazo, pero algunas personas pueden realizar sus actividades diarias.
Depresión posparto
Consiste en la aparición de llanto constante en las madres, un sentimiento frecuente de ansiedad, dificultades para dormir, irritabilidad y limitaciones a la hora de tomar decisiones, incluso las más sencillas. Algunas circunstancias que se encuentran asociadas son el exceso de estrés, los desajustes hormonales producto del embarazo, el incremento de endorfinas y las ideas de abandono o pérdida de atención después del parto.
Depresión premenstrual
Los síntomas aparecen en la mayoría de los ciclos, una semana antes del inicio de la menstruación y suelen ir disminuyendo después del primer día del periodo. Se caracteriza por un estado del ánimo intensamente triste, sentimiento de desesperanza o ideas de autodesprecio. Cambios de humor, irritabilidad intensa, aumento de los conflictos interpersonales y sensación de estar con los nervios de punta. También se puede presentar disminución de interés por actividades habituales, dificultad para concentrarse, pérdida de energía significativa o fatiga y modificaciones en el apetito. Por último, estarían presentes los cambios en el patrón del sueño, sensación de pérdida del control y síntomas físicos como dolor articular, muscular o en los senos.
Depresión inducida por sustancia
Corresponde a un tipo de depresión que comparte síntomas con las descripciones que hemos mencionado anteriormente. Se diferencia de éstas en que es provocada por el consumo de alguna sustancia que altera el funcionamiento del sistema nervioso central y que se verifica con estudios y análisis médicos.
Hasta acá hemos presentado los principales tipos de depresión. No obstante, también pueden aparecer otros tipos como pueden ser: depresión debido a otra afección médica, depresión no especificada y depresión especificada. Recordemos que es fundamental contar con la asesoría de expertos en el tema para su evaluación, comprensión y manejo adecuado.
¿Cómo prevenir la depresión?
Es claro que ninguno de nosotros deseamos pasar por la depresión ni la buscamos de manera intencionada. La depresión se da y aparece por situaciones o factores que se salen de nuestras manos o que no sabíamos que nos podían conducir a tal estado. Por eso, te daremos algunas sugerencias que puedes implementar para prevenirla y mantener una vida saludable.
Expresar las emociones
Nuestras emociones y la de los otros son una fuente de información fundamental para comunicarnos. Nos guían en lo que estamos viviendo al darnos una señal sobre cómo estamos procesando y entendiendo nuestras experiencias. Nos ayudan a darle sentido a nuestras vidas y a lo que pasa en nuestros contextos. Son fundamentales para relacionarnos con los demás y con nosotros mismos, pues a partir de ellas comunicamos nuestro sentir. Nos motivan para realizar cambios, alcanzar metas o evitar momentos o personas que nos hacen daño.
Cuando evitamos y retenemos la expresión de nuestras emociones nos vamos cargando con sensaciones indeseadas internamente. Luego, estas se expresan de maneras perjudiciales, como puede ser la depresión. Por el contrario, cuando expresamos las emociones de una manera adecuada estamos liberando la tensión en nuestro cuerpo al comunicar a los otros lo que estamos sintiendo. Además, esto nos permite reflexionar sobre ellas, comprenderlas y tomar acciones para cambiar lo que nos incomoda o molesta.
Cuidar tu salud
Hacer ejercicio físico es muy benéfico para tu salud y tu estado de ánimo. A través del ejercicio se logra la liberación de endorfinas las cuales nos producen una sensación de felicidad. También logramos disminuir el estrés y la ansiedad, despejando nuestra mente y liberando tensiones que acumulamos durante el día. Además, el ejercicio nos ayuda a mantenernos más productivos durante la jornada, logrando incrementar nuestra energía y la atención en nuestras actividades.
Así como el ejercicio es importante, también lo es una dieta equilibrada. Es bueno consultar con un nutricionista que establezca un plan alimenticio de acuerdo a las necesidades del organismo de cada uno. Se suele recomendar una dieta que sea rica en vitaminas del grupo B, alimentos que contengan omega-3 y evitar el consumo de alimentos con grasas trans. Es adecuado evitar el consumo de sustancia que depriman el sistema nervioso como lo es el alcohol y la marihuana. Con ello podemos ayudar al correcto funcionamiento de los neurotransmisores como la dopamina y la serotonina y por consiguiente a tener un mejor estado de ánimo y mayor vitalidad.
Tener una vida social activa
Estar con buenos amigos y familiares que nos quieren, puede renovar nuestro estado de ánimo. Socializar con personas allegadas y compartir experiencias que nos gustan con distintas personas, llena nuestra vida de sentido. De esta forma disminuimos nuestro sentimiento de soledad y mantenemos la mente enfocada en actividades e ideas que nos pueden motivar o distraer.
Ojalá podamos gozar de compañía que nos haga pasar un rato agradable y conduzca nuestro estado de ánimo a un punto positivo. Trata de estar con personas que compartan tus pasatiempos y tus gustos, así tendrás más entusiasmo al estar con ellos. Ante circunstancias difíciles es bueno apoyarse en los amigos íntimos y los familiares que se preocupan por nosotros.
Tener pensamientos positivos
Pensar de manera positiva mejora nuestro estado de ánimo, las relaciones con nosotros mismos y con los otros. Favorece nuestra seguridad y confianza, lo que nos vuelve más resilientes y perseverantes para alcanzar nuestras metas y superar los obstáculos. Los pensamientos positivos disminuyen el estrés, la ansiedad y fortalece el sistema inmune.
Todas las personas tenemos inconvenientes en nuestras vidas sin importar cómo pensemos. Sin embargo, pensar positivo ayuda a ver las situaciones en búsqueda de soluciones y no enfrascarnos en las dificultades. Por consiguiente, un pensamiento positivo no cambia los problemas, pero si favorece una perspectiva constructiva y la posibilidad de encontrar soluciones a estos.
Aceptar y perdonar
Muchas veces nos criticamos y nos juzgamos a nosotros mismos. Recriminamos partes de nuestro cuerpo, forma de ser, la familia que nos tocó o el contexto y las circunstancias en las que crecimos ¿Qué ganamos o cambiamos con ello? Lo cierto es que el pasado y los sucesos no se pueden cambiar, pero la percepción y como entendemos nuestra vida sí.
Un gran paso es aceptarnos tal y cómo somos, perdonarnos por nuestras equivocaciones y aprender de ellas para implementar cambios. La reflexión debe ser sincera y se puede acompañar con ideas de personas que nos quieran, para darnos cuenta qué es lo que debemos mejorar y la actitud con la que debemos asumir nuestra vida. No es bueno que nos comparemos con los demás, pues nuestro objetivo no es ser como los otros, sino mejorar y sentirnos cada vez mejor con nosotros mismos.
Otro gran paso consiste en aceptar las acciones que otros tuvieron con nosotros en el pasado y nos hicieron sentir mal. Ya que, al aceptarlas sin justificarlas, logramos modificar el dolor emocional que se encuentra atado a los recuerdos de estas situaciones. Entonces, al perdonar a los otros, nos liberamos del malestar que nos producen y estamos más tranquilos con nosotros, nuestros recuerdos y con los demás.
Tratamientos para la depresión
Los tratamientos deben estar orientados por psiquiatras y psicólogos, pero es fundamental el acompañamiento y la disposición de los familiares y allegados. Revisemos por qué es importante cada una de ellas y cómo un trabajo en conjunto tiene un impacto más favorable.
Psiquiatra
Es por profesión médico con especialidad en el estudio de la mente. Es el único que puede diagnosticar la depresión y determinar el manejo con medicamentos antidepresivos con el fin de disminuir los síntomas. Vale la pena aclarar que la depresión no siempre se debe manejar con antidepresivos, pues depende del tipo de depresión y el nivel en que se presente, pero esto sólo lo podrá determinar el psiquiatra.
Estos medicamentos corrigen los niveles de algunos neurotransmisores logrando un equilibrio en aspectos como las emociones, el apetito, los niveles hormonales y de sueño. Sus efectos pueden verse reflejados semanas después de iniciado el tratamiento. Si luego de un tiempo el psiquiatra no evidencia avances, suele incrementar la dosis o cambiar a otro medicamento.
Es importante el seguimiento constante con el psiquiatra, expresarle todo lo sentido, preguntarle por los síntomas que se podrían producir por el medicamento y seguir metódicamente las recomendaciones.
Psicólogo
Es un profesional dedicado al estudio y el análisis de los comportamientos y la salud mental de las personas y los grupos humanos. Son los idóneos para acompañarnos en la resolución de nuestras dificultades mediante un proceso de psicoterapia. Este facilita que, mediante la palabra y la reflexión, las personas puedan comprender el origen y las causas de sus problemáticas. Adicionalmente le ayuda a aprender y desarrollar nuevas estrategias de afrontamiento para manejar las situaciones cotidianas, resolver las problemáticas, prevenir futuras recaídas y de esta manera lograr un mayor bienestar. Si el psicólogo lo considera pertinente, podrá incluir a la familia y allegados en el proceso, para brindarles una mejor comprensión de la situación y darles herramientas para el acompañamiento y el manejo.
Familia y allegados
Usualmente son las personas más importantes en nuestras vidas y las que más inciden en nuestra cotidianidad. Por eso, es fundamental que ellas entiendan muy bien de qué se trata la depresión y sepan qué pueden esperar. Se recomienda que los seres queridos acompañen desde la comprensión y el cariño. Conviene llevar las situaciones con paciencia, ya que la desmotivación que se experimenta puede provocar desesperación. También, es mejor optar por sugerir, proponer o motivar y no dar órdenes o imponer ideas o actividades. En caso que las personas cercanas se sientan desbordadas es mejor que consulten con el psiquiatra o psicólogo tratante para que reciban la orientación pertinente.
Como hemos visto el tratamiento conviene que sea en equipo, integrando los diferentes actores que pueden ayudar en el proceso. Los profesionales del área y sus seres queridos pueden facilitar el proceso de la persona con una orientación adecuada. Si todos trabajan en equipo el tratamiento tendrá mejores resultados.
Conclusión
Cualquiera de nosotros podemos llegar a tener depresión en diferentes momentos de nuestras vidas por múltiples factores. Es adecuado que conozcamos sus causas y las formas de prevenirla. Afortunadamente, existen expertos en el área que nos pueden ayudar en su tratamiento. Si luego de leer este artículo consideras que puedes estar teniendo síntomas relacionados con la depresión, te sugerimos que consultes con un profesional de la salud para que hagan una evaluación. En Voet contamos con psicólogos de excelente calidad que están dispuestos a orientarte y ayudarte en tu caso.
Si quieres saber si tienes signos relacionados con la depresión, te recomendamos hacer nuestro test sobre la depresión o ponerte en contacto con nosotros.